La presente nota es un extracto que trata de explicar brevemente que son dones, talentos, virtudes y valores, y cuales son sus características y diferencias. Para ser utilizado en catequesis familiar o para aprender y reflexionar personalmente sobre las gracias de Dios y como actúan en mi vida, y que podamos descubrir mediante estos signos cual es la voluntad de Dios para cada uno.
Dones: Los dones son infundidos por Dios. El alma no
podría adquirir los dones por sus propias fuerzas ya que transcienden
infinitamente todo el orden puramente natural. Los dones los poseen en algún
grado todas las almas en gracia. Es incompatible con el pecado mortal. Los
dones son sobrenaturales. Los dones son recibidos de Dios
Talentos: Los talentos son naturales. Los talentos son
heredados de los padres, finalmente de Adán. Los talentos se reciben en el
nacimiento; son habilidades naturales. Tanto las
personas salvas como las no salvas tienen talentos. Hay muchas personas no
salvas que son muy
talentosas
Virtudes: Las virtudes son hábitos buenos que nos llevan a hacer el bien. Podemos tenerlas
desde que nacimos o podemos adquirirlas después. Son un medio muy eficaz para
colaborar con Dios, pues implican que hemos decidido, libre y voluntariamente,
hacer el bien, es decir, cumplir con el plan de Dios.
Son disposiciones
habituales y firmes para hacer el bien, que por medio de nuestra inteligencia y
voluntad regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra
conducta según nuestra razón y la fe. La persona virtuosa tiende hacia el bien,
lo busca y lo elige a través de acciones concretas. Con la vivencia de las
virtudes humanas y cristianas conquistamos una personalidad equilibrada y
madura, cordial y llena de amor a Dios y a quienes viven a nuestro lado.
Valores: Son los diversos bienes objetivos a los
que el hombre aspira perfeccionándole como tal y que tienen su fundamento en
Dios, pues el bien objetivo que nosotros no creamos, sino que reconocemos o
descubrimos en la realidad, nos permite construir un mundo más cristiano, más
justo, más solidario, más feliz, en todos los niveles: personal, familiar y
social.
Dones del
Espíritu Santo
Los dones espirituales son determinados por
Dios y no por algún talento natural que pueda poseer el hombre.
Los dones deben ser ejercitados y esto solo
puede suceder en la medida en que el creyente permanece espiritualmente sano y
crece “en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo” (2 Pedro 3:18). El
ejercicio apropiado de los dones espirituales requiere crecimiento y madurez
espiritual (Efesios 4:13-16).
Los dones son dados por Dios para hacer
fructificar la VIDA de Dios, como se expresa en el Cuerpo de Cristo. Cuando el
Cuerpo está sano, la VIDA de Dios es manifestada y Dios es glorificado
(comparar 1 Corintios 14:24-25).
Los siete
dones del Espíritu Santo son:
Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder
al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del
bautismo.
Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros
fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda
en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
Don de Inteligencia
(entendimiento), es
el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para
acercarse a Dios.
S.S. Juan Pablo II, Catequesis sobre el
Credo, 16-IV-89:
La palabra "inteligencia"
deriva del latín intus legere, que significa "leer dentro", penetrar,
comprender a fondo. Mediante este don el Espíritu Santo, que "escruta las
profundidades de Dios" (1 Cor 2,10), comunica al creyente una chispa de
capacidad penetrante que le abre el corazón a la gozosa percepción del designio
amoroso de Dios. Se renueva entonces la experiencia de los discípulos de Emaús,
los cuales, tras haber reconocido al Resucitado en la fracción del pan, se
decían uno a otro: "¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba con
nosotros en el camino, explicándonos las Escrituras?" (Lc 24:32)
Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni
indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la
piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.
Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite
apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina. La palabra sabiduría viene de la palabra
sabor, don que nos da gusto por los misterios de la Fe para crecer en amistad
con Dios. Es un conocimiento que viene del Amor.
S.S. Juan Pablo II, Catequesis sobre el
Credo, 9-IV-89:
La sabiduría "es la luz que se
recibe de lo alto: es una participación especial en ese conocimiento misterioso
y sumo, que es propio de Dios... Esta sabiduría superior es la raíz de un
conocimiento nuevo, un conocimiento impregnado por la caridad, gracias al cual
el alma adquiere familiaridad, por así decirlo, con las cosas divinas y prueba
gusto en ellas. ... "Un cierto sabor de Dios" (Sto Tomás), por lo que
el verdadero sabio no es simplemente el que sabe las cosas de Dios, sino el que
las experimenta y las vive "
Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo
debemos todo a la misericordia divina. Nos
hace comprender la grandeza de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, su gran amor
por nosotros, para respetarlo y no ofenderlo. No es un temor de que viene del
miedo, sino que viene del amor, como de un niño pequeño frente a un Padre que
lo ama.
Si nos dejamos guiar por Espíritu Santo seremos libres y no
nos dominarán los malos setimientos.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David.
Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a
los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu
Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera
doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Fuente:
http://www.es.catholic.net/conocetufe/365/819/articulo.php?id=12267
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritu_santo/dones_espiritu.htm
Oracion: Oh Espiritu Santo
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Oracion: Oh Espiritu Santo
¡Oh Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de
tus dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por
las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.
Que, con el don de Piedad,
ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con
el prójimo.
Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y
veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el
pecado.
Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda
mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al
menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y
la dulzura de tu amor.
Amén.