·
Me dibujo
dibujando
En la medida que voy creciendo, al relacionarme con
otras personas, con otros jóvenes, e interactúo con ellos, al mismo tiempo me
voy formando y creciendo.
·
El Inicio,
el Placer y las necesidades básicas
Cuando nacemos, y somos unos hermosos y
rechonchitos bebés, tenemos necesidades fisiológicas básicas. Necesitamos comer
y entonces lloramos para pedir la comida. Necesitamos que nos cambien el pañal
porque estamos incomodos, y lloramos o nos ponemos molestos. Necesitamos sentir
al amor de mamá muy cerca, y entonces algunos lloramos y otros llamamos la
atención de mamá de otras maneras, todo para poder satisfacer nuestras
necesidades básicas.
Cuando somos bebés, el placer se encuentra en la
saciedad de nuestras necesidades básicas.
·
Trazando mi
camino
Con el tiempo, vamos creciendo, nuestro cuerpo y
psiquis se van desarrollando y cada experiencia va escribiendo un camino
recorrido, que podemos mirar hacia atrás para reconocer que hicimos, saber
dónde estamos y así pensar, meditar, descubrir y por fin decidir hacia dónde
queremos ir, que caminos queremos seguir escribiendo.
·
Juntos
Somos jóvenes, no vivimos aislados. Vivimos en
sociedad. Vivimos en comunidad. Estamos insertos en diferentes grupos sociales,
del club, la escuela, la familia, el barrio, etc. Siempre en relación con otros.
Vamos conociendo y a la vez eligiendo con quien estar, con quien ser amigo, con
quien compartir. A quien ayudar, dar una mano. De quien necesito que me ayude,
con quien me siento bien, con quien tengo cosas en común.
Buena amistad o mala amistad, todo sucede en la
vida, todo nos hace crecer, y para poder reconocer el bien, lo que me hace
bien, hay que caminar, a paso lento, sin apurarse. Vivir cada etapa
intensamente pero sin adelantarnos, sin
quemar etapas.
·
Hacia
adelante, el camino que se nos presenta
Miremos hacia adelante, el camino laaargo que se
nos presenta. Somos jóvenes, muy jóvenes, tenemos mucho por delante. Recién
empezamos, y hay tantas cosas para disfrutar en la adolescencia que después no
vuelven! No te apures, elige bien, con cuidado. Vive como joven, como
adolescente, vive esta etapa libremente sin adelantarte. Recuerda que ésta
etapa no vuelve, y cuando seas viejos la recordarás toda tu vida. Vívela
sanamente.
·
La óptica de
la vida
Todos tenemos
una mirada única de la realidad, una mirada personal, íntima. Esta
mirada de lo que soy y lo que me pasa no tiene igual, está conformada por lo
que viví y me rodea, por mis amistades y mi familia. Sin embargo sabemos que
podemos tener parecidos y pensar igual en determinados temas con nuestros
amigos. Es lo que nos hace ir buscando
quien somos, como queremos ser según lo que vivimos.
No te engañes, la sociedad de hoy es compleja y te
ofrece miles de formas de ser como los otros. No tengas miedo, se tú mismo. Ve
descubriendo que es lo que te hace bien, lo que permite reconocerte a vos mismo
en tu grupo de amigos, en el club, en la escuela. Que todos te puedan querer
por quien sos, y no por cómo te vistes, como te comportas, si eres exitoso en
tu deporte, inteligente, lindo. Que te quieran por quién verdaderamente sos y
te hace feliz. Recuerda que Jesús te ama así, tal cual eres ahora, y desde
antes de que nacieras él ya te amaba.
·
Los valores
Cuando vamos creciendo aprendemos muchas cosas
nuevas, constantemente. Nuestro ser va tomando forma y un carácter. Nuestra
persona va adquiriendo valores, que nos
acompañan a lo largo de la vida y nos definen distintas prioridades a la hora
de decidir cómo vivir, que debo hacer, con quien debo estar, etc.
Existen valores permanentes y efímeros. Valores
grandes como piedra que sustenta tu casa o valores como granos de arena, que
solo ocupan lugar y te desorientan.
·
Noviazgo
Como jóvenes, nuestra personalidad va madurando y
nuestros cuerpos se desarrollan. Vamos conociendo nuevas amistades y es muy
posible que encontremos alguien que nos gusta, que me atrae, o hasta podemos
decir, nos enamoramos… Esto es natural, es propio de la etapa que vivimos.
El noviazgo en esta etapa existe y no es malo, todo
lo contrario. Nos permite ir explorando nuestra personalidad, descubriendo como
nos comportamos, reaccionamos y nos movemos cuando sentimos el afecto del sexo
opuesto.
Pero es muy importante que no nos desviemos y
tengamos claro que el noviazgo en esta etapa de juventud debe ser para
conocernos a nosotros mismos, construir nuestra persona y madurar. Hoy día el concepto de noviazgo para los
jóvenes está muy degradado, distorsionado, la sociedad y la publicidad intenta
constantemente realzar solo vivir del placer físico o disfrute económico,
dejando de lado el verdadero sentido que Dios le ha dado.
No te apures a vivir todo ahora, ve lento y
tranquilo, hay mucho tiempo todavía.
Muchas filosofías de hoy distorsionan el verdadero
sentido del noviazgo y del matrimonio, y como no tienen centro en Cristo, solo pueden pensar en el placer mundano. El
relativismo que te muestra que todo es relativo y se acomoda según te convenga,
el materialismo que te muestra que lo importante es lo que tienes comprado. El
idealismo que te lleva a pensar y actuar en ideas utópicas, inalcanzables que
solo te lleva a pelear con el prójimo. Y el hedonismo, que solo busca darle
importancia al placer físico-sexual, denigrando a las personas. El evangelio
nos muestra el camino de Jesús, un camino cristiano, que tiene en cuenta toda
mi persona, físico, psíquico y espiritual, y que me hace estar bien con mis
hermanos y amar de verdad a quien será mi pareja finalmente.
·
La intimidad
En el noviazgo la espera es un gran valor. Un valor
que debemos cultivar todos los días, con amor y respeto. No es bueno tener
relaciones en la etapa de la juventud por muchos motivos, tanto sociales,
naturales, como religiosos. Jesús nos
enseña a valorar mucho el matrimonio, la
familia y hasta nos dijo que Dios bendice al matrimonio tan seriamente que lo
hace para toda la vida, porque sabe que es donde el amor tiene verdadero fruto.
Jesús nos enseña así que debemos
prepararnos y esperar para entregarnos todo y por completo por la persona que
amamos y elegimos para casarnos.
El encuentro íntimo entre un hombre y una mujer
solo tiene verdadero significado y fruto en el matrimonio. Fuera del
matrimonio, en el noviazgo solo se puede llamar relación sexual, porque el
hombre y la mujer no pueden entregarse libres y completos, sin la bendición
sacramental de Dios.
El noviazgo es un tiempo de preparación, de
conocimiento, propio y de la pareja. Es un tiempo para sembrar y cultivar,
valores y virtudes. La espera es de gran estima y hacen crecer a la pareja
mucho más que cuando quemamos etapas tan rápido como se propone en el mundo de
hoy. Tenemos que ser valientes e inteligentes, y reconocer el buen momento,
aquel tiempo que Dios nos marca para tomar el paso siguiente con certeza de que
vamos por el buen camino. Y un día en el matrimonio, sí, podremos darlo todo en
completa felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario