viernes, 7 de agosto de 2015

AMISTAD Y NOVIAZGO EN LA ADOLESCENCIA

PAZ. El siguiente escrito es una reflexión guía para el joven adolescente, que le permita meditar y pensar en las elecciones personales respecto de la amistad y el noviazgo en su joven etapa de vida. El presente fue utilizado como documento de apoyo en un retiro de Acción Católica en la ciudad de Santa Fe durante 2015.


·         Me dibujo dibujando

En la medida que voy creciendo, al relacionarme con otras personas, con otros jóvenes, e interactúo con ellos, al mismo tiempo me voy formando y creciendo.

·         El Inicio, el Placer y las necesidades básicas

Cuando nacemos, y somos unos hermosos y rechonchitos bebés, tenemos necesidades fisiológicas básicas. Necesitamos comer y entonces lloramos para pedir la comida. Necesitamos que nos cambien el pañal porque estamos incomodos, y lloramos o nos ponemos molestos. Necesitamos sentir al amor de mamá muy cerca, y entonces algunos lloramos y otros llamamos la atención de mamá de otras maneras, todo para poder satisfacer nuestras necesidades básicas.

Cuando somos bebés, el placer se encuentra en la saciedad de nuestras necesidades básicas.

·         Trazando mi camino

Con el tiempo, vamos creciendo, nuestro cuerpo y psiquis se van desarrollando y cada experiencia va escribiendo un camino recorrido, que podemos mirar hacia atrás para reconocer que hicimos, saber dónde estamos y así pensar, meditar, descubrir y por fin decidir hacia dónde queremos ir, que caminos queremos seguir escribiendo.

·         Juntos

Somos jóvenes, no vivimos aislados. Vivimos en sociedad. Vivimos en comunidad. Estamos insertos en diferentes grupos sociales, del club, la escuela, la familia, el barrio, etc. Siempre en relación con otros. Vamos conociendo y a la vez eligiendo con quien estar, con quien ser amigo, con quien compartir. A quien ayudar, dar una mano. De quien necesito que me ayude, con quien me siento bien, con quien tengo cosas en común.

Buena amistad o mala amistad, todo sucede en la vida, todo nos hace crecer, y para poder reconocer el bien, lo que me hace bien, hay que caminar, a paso lento, sin apurarse. Vivir cada etapa intensamente  pero sin adelantarnos, sin quemar etapas.

·         Hacia adelante, el camino que se nos presenta

Miremos hacia adelante, el camino laaargo que se nos presenta. Somos jóvenes, muy jóvenes, tenemos mucho por delante. Recién empezamos, y hay tantas cosas para disfrutar en la adolescencia que después no vuelven! No te apures, elige bien, con cuidado. Vive como joven, como adolescente, vive esta etapa libremente sin adelantarte. Recuerda que ésta etapa no vuelve, y cuando seas viejos la recordarás toda tu vida. Vívela sanamente.

·         La óptica de la vida

Todos tenemos  una mirada única de la realidad, una mirada personal, íntima. Esta mirada de lo que soy y lo que me pasa no tiene igual, está conformada por lo que viví y me rodea, por mis amistades y mi familia. Sin embargo sabemos que podemos tener parecidos y pensar igual en determinados temas con nuestros amigos.  Es lo que nos hace ir buscando quien somos, como queremos ser según lo que vivimos.

No te engañes, la sociedad de hoy es compleja y te ofrece miles de formas de ser como los otros. No tengas miedo, se tú mismo. Ve descubriendo que es lo que te hace bien, lo que permite reconocerte a vos mismo en tu grupo de amigos, en el club, en la escuela. Que todos te puedan querer por quien sos, y no por cómo te vistes, como te comportas, si eres exitoso en tu deporte, inteligente, lindo. Que te quieran por quién verdaderamente sos y te hace feliz. Recuerda que Jesús te ama así, tal cual eres ahora, y desde antes de que nacieras él ya te amaba.

·         Los valores

Cuando vamos creciendo aprendemos muchas cosas nuevas, constantemente. Nuestro ser va tomando forma y un carácter. Nuestra persona va adquiriendo valores,  que nos acompañan a lo largo de la vida y nos definen distintas prioridades a la hora de decidir cómo vivir, que debo hacer, con quien debo estar, etc.
Existen valores permanentes y efímeros. Valores grandes como piedra que sustenta tu casa o valores como granos de arena, que solo ocupan lugar y te desorientan.

·         Noviazgo

Como jóvenes, nuestra personalidad va madurando y nuestros cuerpos se desarrollan. Vamos conociendo nuevas amistades y es muy posible que encontremos alguien que nos gusta, que me atrae, o hasta podemos decir, nos enamoramos… Esto es natural, es propio de la etapa que vivimos.
El noviazgo en esta etapa existe y no es malo, todo lo contrario. Nos permite ir explorando nuestra personalidad, descubriendo como nos comportamos, reaccionamos y nos movemos cuando sentimos el afecto del sexo opuesto.
Pero es muy importante que no nos desviemos y tengamos claro que el noviazgo en esta etapa de juventud debe ser para conocernos a nosotros mismos, construir nuestra persona y madurar.  Hoy día el concepto de noviazgo para los jóvenes está muy degradado, distorsionado, la sociedad y la publicidad intenta constantemente realzar solo vivir del placer físico o disfrute económico, dejando de lado el verdadero sentido que Dios le ha dado.
No te apures a vivir todo ahora, ve lento y tranquilo, hay mucho tiempo todavía.

Muchas filosofías de hoy distorsionan el verdadero sentido del noviazgo y del matrimonio, y como no tienen centro en Cristo,  solo pueden pensar en el placer mundano. El relativismo que te muestra que todo es relativo y se acomoda según te convenga, el materialismo que te muestra que lo importante es lo que tienes comprado. El idealismo que te lleva a pensar y actuar en ideas utópicas, inalcanzables que solo te lleva a pelear con el prójimo. Y el hedonismo, que solo busca darle importancia al placer físico-sexual, denigrando a las personas. El evangelio nos muestra el camino de Jesús, un camino cristiano, que tiene en cuenta toda mi persona, físico, psíquico y espiritual, y que me hace estar bien con mis hermanos y amar de verdad a quien será mi pareja finalmente.

·         La intimidad

En el noviazgo la espera es un gran valor. Un valor que debemos cultivar todos los días, con amor y respeto. No es bueno tener relaciones en la etapa de la juventud por muchos motivos, tanto sociales, naturales, como religiosos.  Jesús nos enseña  a valorar mucho el matrimonio, la familia y hasta nos dijo que Dios bendice al matrimonio tan seriamente que lo hace para toda la vida, porque sabe que es donde el amor tiene verdadero fruto. Jesús nos enseña  así que debemos prepararnos y esperar para entregarnos todo y por completo por la persona que amamos y elegimos para casarnos.

El encuentro íntimo entre un hombre y una mujer solo tiene verdadero significado y fruto en el matrimonio. Fuera del matrimonio, en el noviazgo solo se puede llamar relación sexual, porque el hombre y la mujer no pueden entregarse libres y completos, sin la bendición sacramental de Dios.


El noviazgo es un tiempo de preparación, de conocimiento, propio y de la pareja. Es un tiempo para sembrar y cultivar, valores y virtudes. La espera es de gran estima y hacen crecer a la pareja mucho más que cuando quemamos etapas tan rápido como se propone en el mundo de hoy. Tenemos que ser valientes e inteligentes, y reconocer el buen momento, aquel tiempo que Dios nos marca para tomar el paso siguiente con certeza de que vamos por el buen camino. Y un día en el matrimonio, sí, podremos darlo todo en completa felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario